La «Paquilista» sometida a un exámen mamandúrrico

Un poquito impresionada, todavía, por el fantástico programa que ayer tuvieron todos ustedes la oportunidad de ver y escuchar, en esta cadena, desde esta mesa, tengo la sensación, que lo que ya les tenga que decir queda completamente deslucido en su valor, ante la demostración de periodismo, serio y de investigación, que ustedes pudieron degustar desde esta misma pantalla y programa.

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Es-Radio o el fenómeno de la mamandurria negada

Parece como si estuviera condenada a abrir este swing hablándoles a ustedes, queridos amigos, de malas o pésimas noticias. Pero yo no tengo la culpa, se lo aseguro, si esta ciudad lo único que genera son noticias desagradables, por actuaciones de incompetentes o irresponsables, o “dictadorzuelillos” al uso.

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Callamos todos, insensibles, ante la muerte de tres HUMANOS

 

Supongo, que muchos estarán esperando una editorial asesina contra el heptagenario palomo, pierden el tiempo. Solo me queda agradecerle a este pobre anciano, la popularidad y la fama que me está regalando, que nos está regalando a los melillenses. A unos melillenses que demostramos, día a día, que no hay que tener miedo a hablar, a opinar, a ser libres.

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Soy una «enchufá»

 

35 años de cotización, eso son los que cumplo en este mes de Marzo.

Con 21 añitos, en los estertores del franquismo, el régimen me enchufó y me dio un puestecito en la administración, para ver si esa díscola “tocapelotas”, que corría, por aquellos tiempos, podía correr, delante de los grises, al grito de Libertad, dejaba de dar la tabarra.

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Mi amigo admirado Alberto Benzaquén

Hablando con mi admirado y buen amigo Alberto Benzaquen, hace unos días, disertábamos sobre la justicia. Me comentaba, antes mis dudas, que si ya no podíamos creer en la justicia, como garante de un estado de derecho, pues “apaga y vámonos”.

No me cabe ninguna duda, que así debería ser, pero si que tengo serias dudas, sobre si lo es. Y, le argumentaba mi incertidumbre, sobre algo tan simple y tan real, como aquello de quien me garantiza a mí, que el señor magistrado, que instruye o juzga mi caso, mi demanda, propia o recibida, por mor de no se que extraño poder espiritual, bajado del cielo, deja sus frustraciones, o para no ser tan ácida, deja sus sentimientos, sus predilecciones, inclinaciones, gustos y demás, colgado en la silla del ropero, en el mismo lugar de donde recogía su toga de autoridad por encima del bien y del mal. Todos somos carne y ya sabemos que la carne es débil. Por un sencillo ejercicio de empatía, me pongo en la piel de un magistrado y me veo sentada y revestida de justo prócer y en frente, en el banquillo del demandante o demandado, al plumilla, al cappo, al barrilitos o al porrillas que me puso una multa ayer, dejando sin denunciar al resto de los vehículos, igualmente mal aparcados, lo reconozco, que no se porque extraña decisión, aunque lo sospecho, solo decidió denunciar el mío.

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La vuelta de Velázquez y el Miedo



 

Son muchos los interrogantes que se abren, ante la decisión del señor Velázquez de presentarse a las próximas elecciones locales.

Hay un descontento generalizado, con la exclusividad de los que viven a costa del erario público, no por méritos, si no por puro enchufismo, por plegarse a la voluntad del dictador Imbroda, por ser beneficiario de prebendas, sueldos, subvenciones… Un largo etcétera del clientelismo político en el que se mueve la política local.

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Yo soy libre… ¿y tu?


Escribo esta editorial, cuando todavía no sé, si estaré libre o habrán dejado caer sobre mis espaldas la maquinaria del régimen, con la fútil intención de callarme, amedrentarme, coaccionarme y no se cuantos “armes”, más. Vano intento. Últimamente, no me callo ni bajo el agua. Y ellos podrán intentar instrumentalizar la justicia, que se anden con ojo, que la justicia es ciega, pero no tonta. Pero lo que nunca van a conseguir es menoscabar mi dignidad, ni el aprecio que ustedes me tienen, que me siguen martes tras martes, mal que les pese a estos “bienpagaos”, MAMANDURRIAS, que sienten como se les mueve la silla y se les acaba el mamoneo. Se sigue rumoreando, este es un gran deporte local, sobre mi inclusión en unas listas, de no se que partido inexistente, al menos cuando esto escribo, que los acontecimientos se suceden con tal rapidez, que en cuestión de minutos, suena el teléfono y tengo que cambiar lo dicho.

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Hoy: YO

 

Permítanme, que hoy, les hable de mí.

Que les haga partícipe de mi dolor, a ustedes, que me demuestran su cariño, su apoyo, su comprensión, poniéndose delante de su televisor, para ver y oír que les tiene que decir  esta atónita, desconsolada, rebelde y testigo de la vida.

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Miserias palabriles entre Ceuta y Melilla

Esto que les voy a decir, no les va a gustar a mucha, mucha gente, entre otras cosas, porque muchos, muchos, no van a querer entender la intención con la que lo digo.

No puedo pasar por alto, ni dejar de comentar, el rifirrafe que han montado las dos viceconsejeros/as de los gobiernos de Ceuta y Melilla.

Y, salvando las diferencias, que las hay y son muchas y muy palpables y se las voy a contar, entre una y otra política, lo que mas les diferencia, es que la exconsejera Carolina Pérez, aun sabiendo que sus palabras han sido mal interpretadas, especialmente la intención de las mismas, ha tenido la decencia, la grandeza y la honradez, de poner su cargo, a disposición del presidente de Ceuta. Sigue leyendo

La hora de las mentiras

 

Había pensado hablarles de unas cosas que están pasando, pero… la actualidad, los acontecimientos, se precipitan de tal manera, que una nunca sabe si lo que les voy a decir, les interesa lo más mínimo, o si se quedan pegaditos a la pantalla, a escucharme, de puro aburrimiento. Y miren que les digo, que estoy dispuesta a repetirme, cien, mil veces, las que hagan falta, con tal de que, algún día, consiga explicarme con la suficiente claridad y ustedes se digan: Ahora si, ahora se que es lo que la pesada esta nos quiere decir. Y espero que sea pronto.

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